Unas reflexiones en el Día de la libertad de prensa

En medio de las nubes negras que se adivinan en el horizonte, esas que amenazan con tormentas destructoras contra la prensa y contra la libertad de expresión, resulta importante darle un vistazo a la fortaleza que representan los medios de comunicación como una muralla contra los excesos, los abusos y las arbitrariedades del poder.

¿Por qué defender la libertad de prensa? Más allá de la información, indispensable en la vida de todo ciudadano, el periodismo tiene la misión de incomodar a los poderosos. Los medios y periodistas de verdad, los que enarbolan la bandera de la ética como estandarte del oficio, resultan un fastidio para los poderes que vigilan, siendo muchas veces, objeto de persecución, de acoso, de censura y de vetos por parte de los gobernantes.

En Colombia, algunos poderes regionales temporales han asumido la persecución a la prensa crítica como una religión, descalificando de manera torpe y sin argumentos la labor de los periodistas que cuestionan la gestión y el desempeño del gobernante. Además, azuzan a sus seguidores, algunos fanáticos y otros pagados, para que desplieguen una cacería contra periodistas y medios.

En cuanto a la incomodidad que despiertan los medios críticos en el Gobierno central, resulta evidente el prurito que desata la prensa cuando deja en evidencia la falta de rigor de los burócratas, las mentiras que difunden y los disparates que anuncian como verdad absoluta. Ante la revelación de las imprecisiones, las redes sociales de los más altos funcionarios se concentran en ataques aleves y en descalificaciones falaces contra los periodistas críticos, convirtiendo el mundo virtual en un campo de batalla en el cual, los poderosos tratan de sepultar las irregularidades denunciadas, la corrupción y los cuestionamientos, pues en ellos queda en evidencia su poca capacidad intelectual y de gestión, además de la ausencia de límites éticos y morales.

La libertad de prensa en Colombia está hoy bajo amenaza. Además de encuentros para presionar el control de la información por parte del Gobierno, en el Congreso de la República se han alzado voces que piden establecer la censura como una forma de controlar y dejar en la oscuridad a una sociedad inconforme y hastiada de engaños.

La prensa libre, incluso con excesos y sesgos propios de la subjetividad de los humanos que desempeñan el oficio, es la mayor garantía para conservar la democracia y el orden; sin ella, los ciudadanos quedan sometidos e indefensos ante las tropelías de quienes ostentan el control del Estado.

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